viernes, 29 de diciembre de 2017

Teresa Carreño
Discurso de orden a cargo de la escritora Mercedes Carvajal de Arocha (Lucila Palacios) en el Acto de Inhumación de los restos de la insigne pianista, compositora y pedagoga Teresa Carreño en el Panteón Nacional en fecha 09 de diciembre de 1 977.

     "He amado a Venezuela, la he amado a veces por sus desgracias, otras por la generosidad de su naturaleza y siempre como a una madre irreemplazable. En su seno quiero dormir el sueño de la tierra. Es allí donde deseo que reposen mis cenizas".
     Así dijo Teresa Carreño en un minuto de recogimiento, de encuentro consigo misma, de reflexión acerca de la vida del ser humano que tiene un límite.
     Su grito de amor, su apasionada súplica, fue recogida el 15/de febrero de 1 938, en el Cementerio General del Sur, se depositaron sus restos mortales. Todo parecía concluido. Era ya una realidad la integración de Teresa con la madre tierra.
     Mas en el espíritu de los venezolanos, de los músicos, de los artistas en general, empezó a germinar una aspiración. No bastaba conque a la gran pianista hubiera llegado a la tierra nativa. Era necesario llevarla hasta el sitio digno de su gloria. El sitio en donde pudiera reposar en contacto con el polvo del suelo patrio y alternar con los inmortales.
     Las puertas del Panteón Nacional empezaron a abrirse para recibirla. Había un lugar vacío destinado a ella. Más de treinta años dejaron caer su peso sobre el país sin que se cumpliera esta aspiración. Durante ese lapso maduró la conciencia de Venezuela. Rectificaciones de fondo se operaron tanto en la estructura corporal de la patria como en el orden de sus principios ductores. Y como consecuencia de tal evolución le llegó el turno el 9 de diciembre de 1 977. En este día, hoy, un Gobierno, que representa cabalmente el libre ejercicio de la soberanía venezolana, está cumpliendo con orgullo el deber de honrar a una de sus más ilustres compatriotas. Y un pueblo ratifica con su sentimiento el acto de justicia.
     Bajo el dintel del austero recinto del Panteón, han pasado los héroes y los hombres de pensamiento. Ahora, en su espacio abierto, por donde también cruzara Luisa Cáceres de Arismendi, se perfila la imagen de la mujer que se fue por el mundo y lo llenó de acordes musicales y le hizo sentir la presencia de Venezuela.
     Y la presencia caraqueña. Porque Teresa Carreño era una hija de Caracas y llevaba en sí misma la pasión de la ciudad proceda. En su casa, en el hogar de Manuel Antonio Carreño y Clorinda García de Sena y Toro, la niña oyó hablar de historia. Gesto y locura gloriosos de Andrés de Ledezma, aventura apasionante de Francisco de Miranda, creación y andanzas de un Bolívar casi de leyenda. Todo el pasado heroico, toda la pujanza de su tierra nativa, tambor y guarura en el aborigen defensor de sus dominios, diana y clarín en los ejércitos libertadores, forjaron la primera sinfonía que recogió su oído musical. Mas el artista no se nutre unicamente con la historia. Se nutre también con el paisaje. Y hasta ella bajaban los rumores del Avila, crepitar de los árboles, susurro de agua de sus quebradas, canto de los pájaros y esa voz silenciada de un presunto volcán extinto que en la lucha por la independencia hizo sentir en el pueblo su simbólica y violenta explosión. Y todos estos elementos histórucos , y todos estos elementos autóctonos quedaron fundidos en su espíritu para siempre, y dieron forma a una personalidad de tan recio temple, tan avasalladora que ya ni fue unicamente venezolana y caraqueña sino que llegó a ser universal.
Hay que seguir paso a paso la trayectoria de Teresa, sus reacciones anímicas, su sensibilidad artística, para poder formarse  una idea cabal  de tan extraordinaria personalidad. Las nuevas generaciones apenas la conocen. Por eso al escribir o hablar sobre ella, es casi un deber el trazar sus rasgos biográficos, el iniciar su estudio desde la infancia cuando ya daba muestras de ser una criatura genial. Dicen que desde la cuna —y  no es leyenda— la niña seguía el ritmo de las canciones conque la adormecían. Manuel Antonio Carreño fue su primer maestro de música. Y pronto se dio cuenta de lasxaptutudes de su hija. La oyó improvisar y ejecutar algunas melodías que ejercían sobre los oyentes una extraña fascinación. Llegó un momento en que él se sintió incapacitado para seguir adelante en su función de preceptor. La alumna, había superado al maestro. Entonces piensa en recurrir a nuevos recursos para ampliar la educación musical de Teresa, para ampliar el campo de su trayectoria futura.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Del insulto

Del Insulto
  Estaba Buda hablando sobre asuntos espirituales a un grupo numeroso de personas, que le escuchaban atentamente tratando de aprender de su gran sabiduría.

Un hombre se le acercó y comenzó a insultarle, descalificarle e intentar agredirlo, pero Buda se mantuvo en imperturbable serenidad y silencio. Cuando el hombre hubo terminado la andanada de insultos y obscenidades, se retiró.

Un discípulo que se sintió indignado por los insultos que el hombre lanzó contra Buda le preguntó por qué dejó que lo maltratara y lo agrediera.

A lo que Buda respondió con segura tranquilidad: –“Si yo te regalo un caballo pero tú no lo aceptas ¿de quién es el regalo?”–.

El discípulo contestó: –“Si no lo acepto, sería suyo todavía”–. 

Entonces Buda respondió:
–"Precisamente. Estas personas desperdician parte de su tiempo en regalarme sus insultos, pero como todo regalo, yo elijo si quiero aceptarlo o no. Los insultos son como regalos: si lo recoges, lo aceptas; si no lo recoges, quien te insulta se queda con su regalo en las manos. 

Y agregó, no podemos culpar al que insulta de nuestra decisión de aceptar su regalo. Por esa misma razón, los insultos son para mí como un regalo que solamente yo elijo no tomar. Simplemente los dejo en los mismos labios de donde salen.”

Dicen que cuando le faltaban al respeto a Buda insultándole o descalificándole, él se repetía a sí mismo mentalmente o en voz baja “No, gracias. No, gracias…”.

Una de las moralejas que pueden obtenerse de este relato, es que aunque en principio no podamos controlar las circunstancias ni la actitud de los demás, siempre podemos elegir nuestra actitud.
Es que ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo, decía Buda.

Canchunchú florido


Canchunchú Florido 
Luís Mariano Rivera 

Canchunchú florido, Canchunchú florido, campo de armonía, campo de armonía, les trae en sus versos toda su alegría, les trae en sus versos toda su alegría. 

Canchunchú florido, campo de armonía,

Canchunchú florido, campo de armonía, les trae en sus versos toda su alegría, Canchunchú florido, campo de armonía, les trae en sus versos toda su alegría, les trae en sus versos toda su alegría. 

Allá en nuestro campo, 
allá en nuestro campo,
 la blanca azucena, 
la blanca azucena,
 el aire perfuma en noche serena, 
el aire perfuma en noche serena.

 Los bellos capachos de rojos colores despliegan sus alas dentro de las flores. 
Los bellos capachos de rojos colores despliegan sus alas dentro de las flores. despliegan sus alas dentro de las flores.

 La esbelta palmera, la esbelta palmera,
 de regia belleza, de regia belleza
es canto armonioso de naturaleza,
es canto armonioso de naturaleza. 

Allá en nuestro campo hay humildes flores que no tienen nombres pero dan olores. Allá en nuestro campo hay humildes flores que no tienen nombres pero dan olores. que no tienen nombres pero dan olores. Flores que no entran,
flores que no entran, al regio salón,
al regio salón, al regio salón, al regio salón, pero son felices en su condición,
pero son felices en su condición.

Flores que conformes se sienten dichosas en dar sus perfumes a las mariposas. 
Flores que conformes se siente dichosas en dar sus perfumes a las mariposas.
 en dar sus perfumes a las mariposas. 
En brindar su miel, en brindar su miel,
y brindar su brillo, y brindar su brillo a la tierna abeja y a los pajarillos,
a la tierna abeja y a los pajarillos.
Flores campesinas de ingenuos olores
que tienen del cielo sus bellos colores. Flores campesinas de ingenuos olores
que tienen del cielo sus bellos colores
que tienen del cielo sus bellos colores. 

Cuando invierno anuncia,
 cuando invierno anuncia,
su entrada de ley, su entrada de ley,
 brota su amarillo el araguaney, 
brota su amarillo el araguaney, 

Los pájaros buscan alianza de amor,
 
sus picos se besan libres del dolor. 

Los pájaros buscan alianza de amor,
sus picos se besan libres del dolor.
 sus picos se besan libres del dolor. 

Canchunchú florido, 
Canchunchú florido,
campo de armonía, campo de armonía,
les trajo en sus versos toda su alegría,
les trajo en sus versos toda su alegría. 

Canchunchú florido, campo de armonía, les trajo en sus versos toda su alegría, Canchunchú florido,
 campo de armonía,
les trajo en sus versos toda su alegría.
Les trajo en sus versos toda su alegría.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Codicia

CODICIA

La Codicia se define como el deseo ansioso y excesivo de bienes o riquezas. El deseo de adquirir bienes materiales y el interés por crecer económicamente son válidos en cualquier persona, pero existen límites respecto a esto y todo aumento estará sujeto a unos términos y condiciones. El deseo vehemente de tener dinero sólo por “tener más” debe ser identificado en esos momentos de sinceridad y silencio que toda persona merece, y necesita tener. En un profundo examen de conciencia, reconociendo que es necesaria una sana desconfianza en uno mismo; no creerse dueño y señor de la verdad absoluta, sino con Descartes dudar de sí mismo para posteriormente tomar el compromiso y definir medios concretos para trabajar en sanearse de este tipo de deseos, pues centrarse mucho en el dinero distorsiona el real sentido del trabajo, del hogar, de la familia, de la vida misma, y en todo momento se ha de vislumbrar no el vivir, yel modo de vivir, sino la finalidad última del vivir, que no es precisamente el consumismo, la ostentación y la presunción o vanidad.

Fragmentos de esta poesía ilustra bien la codicia: 

La codicia triste mal corruptora del humano,
quien ayer te llamó hermano
tal vez hoy te niegue sal.
La usura que es amoral
engañando a la esperanza
especula con la fianza
para alcanzar la riqueza,
abusa de la pobreza
y así se engorda la panza.
La vileza encuentra alianza
con escrupuloso engaño
no importando causar daño
para alcanzar su bonanza.
Otorgando la confianza
mostraran buenos modales
embaucando los caudales
a quien quiere enriquecerse,
aun a costa de perderse
en embrollos ilegales.
Los que no fueron leales
a las causas de los pobres
buscarán entre los sobres
exculpaciones legales.
El dinero hace rivales
entre hermanos y entre amigos,
entre ricos y mendigos,
entre el noble o el plebeyo,
convierte lo feo en bello
e injuriosos en testigos.
Los humanos enemigos
del mundo que les rodean
alcanzan lo que desean,
maltratando con castigos.
Y al mirarse sus ombligos
solo ven que la decencia
no es ajena a su conciencia
si no afecta a sus bolsillos,
entre tanto los caudillos
otorgan su providencia.
La justicia con frecuencia
amparará al que más tiene
y aunque a veces le condene
le dará soez clemencia.
Pues tan solo la indulgencia
se compra con la cartera
y aunque no es prueba certera
el ladrón de guante blanco
guarda el dinero en el banco
y el desahuciado en la era.
El que no tiene, quisiera
obtener buena fortuna
y si ha de pasar hambruna
aguarda iluso la espera.
La codicia es altanera
alberga en nuestra conciencia
la traición y la demencia
la usura y la egolatría,
la razón se perdería
con su malévola influencia.
Quien con fe pide clemencia
con el rezo cada día,
es que en su interior oiría
que el orar da la indulgencia.
Entonces la penitencia
que perdona los pecados
deja a los desamparados
a merced de un ser divino,
justificando así el sino
de seres desheredados.
Cuando vemos desalmados
que expolian todo lo ajeno
en nuestro interior obsceno
quedan los ojos cerrados.
Mientras tanto los parados
buscarán con sus temores
todos aquellos valores
que dignifiquen sus frentes,
los demás indiferentes
escondemos los rubores.
Si se buscan los hedores
que están entre la basura
en la miseria supuran
los sueños de perdedores.
Algunos legisladores
tienen sus conciencias mudas
sus almas quedan desnudas
por la mísera codicia,
amparada en la malicia
sus honores le hizo Judas.
Para que no queden dudas
de tantas divagaciones
lo que parece aversiones
son reflexiones agudas.
Las verdades si son crudas
tocan siempre lo moral
pues buscando en lo esencial
encontramos las miserias
envueltas entre materias
de ese codicioso mal.





Son múltiples y variadas las formas como  la codicia y las ocasiones de tropezarnos con ella y de comportarnos arrastrados por y hacia ella, se nos presentan, pero es esencial controlar ese deseo desordenado y excesivo de   la riqueza. 

Se busca tener dinero con el solo propósito de tenerlo, acumularlo, se piensa erróneamente que una buena posición económica brinda acceso a lugares donde antes no se podía acceder. 

Si en la vida familiar esta tendencia no se controla, se convierte en un vicio, pues se busca ser el amo y señor de todo y de todos; inclusive se puede llegar a perder la brújula ya que se está dispuesto a arriesgarlo todo por la seguridad económica. En este extravío malsano el primer valor en perderse es el compartir; las comunidades humanas han compartido desde el principio de los tiempos los recursos, como forma de supervivencia; el hecho de compartir hace referencia al aportar a otras personas en común de un recurso o un espacio. En sentido estricto, hace referencia al disfrute simultáneo o uso alternativo de un bien finito, pero al perderse este valor lo que se supone es común por conformarse con el aporte igualitario, previamente convenido, de todos los miembros de la comunidad empiezan los privilegios y si de alimentación se trata, por ejemplo, se les da más comida a unos que a otros, a unos se les sirve en canoas y a otros en dedales, unos comen tres, cuatro o más veces y otros si acaso par de veces. 

Cuando la codicia penetra en cualquier comunidad, se cae en situación de esclavitud personal, una suerte de círculo vicioso que no es otra cosa que la experiencia de estar una parte de los miembros - los codiciosos-  llenos de dinero y vacíos por dentro. Resuenan fuerte las palabras de Cristo: ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? (Mc 8, 36)

Es muy importante discernir las situaciones moralmente ambiguas y obrar con rectitud.   

La envidia, querida amiga,

La envidia, querido amigo,

se nos presenta en nuestra vida diaria, sin embargo, hay que dejarla de lado para evitar la codicia y la avaricia, y levantar la mirada más allá de esas miserias humanas para lo cual cada quien requiere conocer mejor la misión fundamental que tiene en la vida, sin creerse imprescindible, sin caer en la falta de respeto hacia los demás al ver frustrados sus desmedidos deseos y adoptando una conducta soez y oportunista. 


En ocasiones es necesario considerar que con su trabajo bien realizado puede satisfacer algunas de sus ambiciones, pero no pretenda vivir del trabajo de los demás y menos aún valerse de su posición de dominio circunstancial para privilegiar a unos y excluir a otros, y además hablar de si mismo como un dechado de virtudes y no darle reposo a su lengua asumiéndose como juez de todo el mundo y exaltando uno de los suyos, precisamente al que ve con mejores posibilidades de alimentarle su codicia. Siempre a la persona dominada por la codicia lo mucho le parece poco y más aún si no lo ha logrado con su esfuerzo sino del trabajo de los demás.

   La Avaricia, me acota una buena amiga desde la distancia, rompe el saco...
Envidia y Codicia son dos sentimientos destructivos, son una mezcla de tóxicos que envenenan la mente de muchas personas haciéndolas despreciables para los demás.

La envidia es un germen que se manifiesta por el recelo que les produce el bienestar y el éxito de los demás, algo que jamas conquistaràn, por lo que desean y proceden en consecuencia para que el otro deje de poseer lo que ellos nunca tendrán, éxitos, logros personales, felicidad.
Estos seres mediocres, inferiores, despliegan toda su maldad en represalia por quien vive una vida feliz, exitosa, tranquila, sin sobresaltos.

Entonces ahí es donde toma protagonismo el envidioso que trata por todos los medios que ese familiar, amigo o conocido vea su vida perturbada por acusaciones infundadas, reclamos injustificados y todo tipo de daño que este dirigido a perturbar a la persona en cuestión.
La moraleja de la víbora y la luciérnaga es bien conocida.La víbora la perseguía para comérsela no estando en su cadena alimentaria, hasta que la luciérnaga cansada se detiene y le pregunta porque la quiere comer si no esta en su cadena alimentaria, a lo que la víbora le responde: – porque no soporto verte brillar-
Este comportamiento es imitado en miles de casos, el objetivo es simplemente hacer daño, destruir, no soportan estos mediocres el éxito, la felicidad, el bienestar del otro.
El envidioso muchas veces logra su cometido pero el veneno que expele a los demás también lo bebe y eso se puede observar a simple vista, son personas oscuras, amargadas, sin vida social, adulantes, resentidas y poco afectivas.
Al beber su propio veneno destruyen su propia vida, pero como el cuento del Alacrán, atacan a cualquiera aunque con ello destruyan su propia vida.

miércoles, 18 de octubre de 2017

DISCURSOS. Tengo un sueño


"Tengo un sueño"

Discurso de Martin Luther King, Jr, EN WASHINGTON, D.C. EE.UU) pronunciado: El 28 de agosto de 1963 delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington, DC, durante una histórica manifestación de más de 200,000 en pro de los derechos civiles para los negros en los EE.UU.

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.


Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"



Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antesecores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"

martes, 17 de octubre de 2017

Verdades Amargas



VERDADES AMARGAS
Adaptación: @prof_solano

Yo no quiero mirar lo que he mirado
a través del cristal de la experiencia
el mundo es un mercado donde se compran
honores, voluntades y conciencia.

¿Amigos? es mentira, no hay amigos
la amistad verdadera es ilusión
ella cambia, se aleja y reaparece
con los giros que da la situación.

Amigos complacientes solo tienen
los que disfrutan de ventura y calma
pero a quienes abate el infortunio
solo llevan tristezas en el alma.

Si estamos bien nos tratan con cariño
nos buscan, nos invitan, nos adulan
mas si acaso caemos, francamente
solo por cumplimiento nos saludan.

En este laberinto de la vida
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado
amores, parentesco y amistad.

El que nada atesora, nada vale.
En toda reunión pasa por necio
y por nobles que sus hechos sean
solo alcanzan la burla y el desprecio.

Lo que brilla nada más tiene cabida
y aunque brille por oro lo que es cobre.
lo que no nos perdonan en la vida
es el atroz delito de ser pobre.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen
pueden tener su precio señalado.
Las llagas del defecto no se miran
si las cubre un diamante bien cortado.

La sociedad que adora su deshonra
persigue con su saña al criminal
mas si el puñal del asesino es de oro,
enmudece....
y el juez alaba el puñal.

Nada humano es perfecto, nada afable.
todo está con lo impuro entremezclado
el mismo corazón con ser tan noble
cuántas veces se encuentra enmascarado.

¿Que existe la virtud? yo no lo niego,
pero siempre en conjunto defectuoso,
hay rasgos de virtud en el malvado
y rasgos de maldad en el virtuoso.

Cuando veo en mi andar tanta infamia,
manchándome la planta de tanto lodo,
ganas me dan de maldecir la vida,
ganas me dan de maldecirlo todo.

A nadie habrá de herir lo que aquí digo,
porque ceñido a la verdad estoy,
me dieron a beber hiel y veneno
hiel y veneno en recompensa doy.

Pero si tengo la palabra tosca
con estas líneas turbias y sin nombre,
doblando las rodillas en el polvo
pido perdón a Dios...
mas no a los hombres.


La versión antes transcrita constituye una adaptación al lenguaje empleado en Venezuela, pues se atribuye al poeta hondureño Ramón Ortega  la autoría del poema cuyo texto original sería:




VERDADES AMARGAS
Yo no quiero mirar lo que he mirado
a travéz del cristal de la experiencia,
el mundo es un mercado en que se compra
amor, voluntad y conciencia.

Amigos...es mentira...no hay amigos,
la verdadera amistad es ilusión,
ella cambia, se aleja y desaparece,
con los giros que da la situación.

Amigos complacientes sólo tienen
los que disfutan de ventura y calma,
pero aquellos que abate el infortunio,
sólo llevan tristezas en el alma.

En éste laberinto de la vida,
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado,
amores, parentesco, y amistad.

El que nada atesora, nada vale,
en toda reunión pasa por necio;
y por nobles que sus hechos sean,
lo que alcanza es la burla y el desprecio.

Lo que brille nomás tiene cabida,
aunque brille por oro lo que es cobre,
lo que no perdonamos en la vida
es el cruel delito de haber nacido pobre.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen
pueden tener su puesto señalado,
las llagas del defecto no se miran
si las cubre un diamante bien tallado.

La sociedad que adora su deshonra,
persigue con sáña al criminal,
más, si el puñal es de oro,
enmudece el juez...y besa el puñal.

Nada hermano es perfecto, nada afable,
todo está con lo impuro entremezclado,
el mismo corazón con ser tan noble,
cuántas veces se encuentra enmascarado.

Que existe la virtud...yo no lo niego
pero siempre en conjunto defectuoso,
hay rasgos de virtud en el malvado
y hay rasgos de maldad en el virtuoso.

Cuándo veo a mi paso tanta infamia
y que mancha mi planta tanto lodo,
ganas me dan de maldecir la vida,
ganas me dan de maldecirlo todo.

Porque ceñido a la verdad estoy,
me dieron a libar hiel y veneno,
hiel y veneno en recompensa doy.

Y si tengo la palabra tosca,
en estas lineas oscuras y sin nombres
doblando las rodillas en el polvo,
pido perdón a Dios, pero no al hombre.






Teresa Carreño Discurso de orden a cargo de la escritora Mercedes Carvajal de Arocha (Lucila Palacios) en el Acto de Inhumación de los r...